domingo, 8 de abril de 2012

Una separación (Asghar Farhadi, 2011)

Entre los críticos, el cine iraní está muy bien considerado. No son pocas las películas de este país que arrasan en los festivales y que logran premios. Lo cual es un fenómeno bastante curioso, dado que le sistema teocrático de la República de Irán no parece el más adecuado para proporcionar la libertad de creación que siempre necesitan los buenos artístas. Pero como dicen los expertos, a pesar de su caracter teocrático, Irán cuenta con una sociedad civil fuerte y cultivada, lo que explicaría el "milagro" iraní, único en los países islámicos.
          "Una separación" es la primera película de este país que he visto, y si la producción media de películas llega a una calidad, siquiera remotamente similar, a la de ésta, todos los elogios que he leído se quedan cortos. Se trata de una película absolutamente sensacional, una de las mejores del año, y probablemente la más equilibrada y profunda del mismo. 
           El verdadero corazón de la película es su historia y sus personajes. Aunque a primera vista podría parecer una película sobre el divorcio, éste no es más que el símbolo de dos actitudes irreconciliables ante la vida, que acaba manifestándose en la ruptura. Lo auténticamente grandioso es que este carácter moral (en el auténtico sentido de la palabra) de la película, a pesar de referirse a una sociedad distinta a la nuestra, alcanza sentido universal. Y no exagero si digo que esto la equipara a las grandes obras occidentales de Dostoyesvki o Tolstoi.
           En la sociedad occidental hace tiempo que hemos dejado de un lado conceptos, considerados grandilocuentes, como verdad, mentira, coherencia, conciencia... Esta película los retoma y aplica con una seguridad, fuerza, honradez e intensidad, que como hemos dicho, la hace digna heredera de los mejores clásicos, con el mérito añadido de la concisión, y es que no se puede decir más sobre la el ser humano en dos horas.
           El trabajo del director, que también es el guionista, es de primoroso, optando por una naturalismo que nos presenta las situaciones tal cual son, sin que ningún ejercicio de estilo nos distraiga.
           Pocas películas dicen tanto sobre la naturaleza humana. Sus personajes te acompañan días después de verla, como paradigmas de las diferentes formas en que se puede vivir. Es imprescindible verla. 

1 comentario:

  1. Una crítica genial! Nunca he visto una película iraní, y me llama la atención ver la manera de grabar un film que tienen, además de saber como ven esta cultura el tema del divorcio. Tomo nota. La veré.

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