lunes, 23 de abril de 2012

The downward spiral (Nine inch nails, 1994)

Si hay una banda que representa como pocas el espíritu de los 90 esa es Nine inch nails, y si hay un disco que resume y expresa el sonido de esa década es sin duda The downward spiral, su mejor obra.
         Nine inch niles es en realidad Trent Reznor, uno de esos genios salvajes que son tan necesarios como perturbadores, esencial para entender la evolución del rock a finales del siglo XX. Más que músico Reznor es una versión salvaje de Poe, que en utiliza el sintetizador en lugar de la pluma para componer sus obras, que son auténticos y demenciales paisajes y poesías electrónicas, reflejando un mundo y una mente absolutamente nihilistas, siempre al borde de la locura, y movida casi exclusivamente por los instintos más primitivos: el sexo y la agresividad. Representa una postura en la que no se espera nada, ni de uno ni de los demás, y en la que única afirmación es la negación de todo lo que no hay de animal o insano en nosotros. El mundo, en fin, como absurdo para el cual la locura es la única alternativa.
       The downward spiral continúa y perfecciona el estilo inaugurado por Reznor en Pretty hate machine (1989). Su capacidad de evocar estados mentales y ambientes mediante el uso de los ritmos y de los sonidos electrónicos y eléctricos, llega a un verdadero virtuosismo, convirtiendo la audición de The downward spiral en un auténtico "Tour de force" en el que nos vemos empujados de un delirio a otro, y en el que prácticamente no hay respiro. Dicho viaje lo realizamos en catorce etapas. Mr. Self Destruct está cargada de sacudidas eléctricas, que como en un electroshock van subiendo en intensidad. Piggy comienza siendo irónica para terminar en el desconcierto absoluto. El tono popero y facilón de Heresy acaba interrumpido por sonidos y gritos infernales. March of the pigs es una demencial marcha militar, que continúa en Closer, un desesperado grito sexual de soberbios arabescos rítmicos. Ruin es hip-hop alternado con cantos paganos y con un interludio jimmy hendrixiano. The becoming es un amenazante acercamiento de sonidos del más allá, un momento folk con respiración diabólica de fondo. I do not want this se caracteriza por su piano discordante, sus explosiones de furia y sus invasiones electrónicas. Big man with a gun es una breve muestra de trepidante post-punk. Y de pronto llegamos a A warm place, una hermosa pieza, lenta sencilla y sugerente, el único claro de descanso en esta selva de locura, que se continúa en Eraser, una brutal y tribal danza guerrera posmoderna. Reptile tiene un carácter industrial y metálico, al mismo tiempo que sugiere una fiera que se nos acerca amenazadora. La pista que da nombre al disco, The downwarad spiral es una marcha fúnebre que concluye con Hurt, una tímida y dubitativa escalada hacia la luz que se frustra y termina en el limbo.
        ¿Por qué hay que escuchar este álbum? En primer lugar por que musicalmente es soberbio, y casi 20 años después de su publicación sigue resultando igual de vanguardista, retador e incomodante. En segundo lugar porque como experiencia catártica no tiene precio.

1 comentario:

  1. No creo que nadie pueda describir mejor el significado de este disco salvo Reznor, me ha encantado al igual que el disco, que como muy bien describes es soberbio, lo que hace que no te canses de escucharlo. Te recomiendo que veas el concierto de este disco que es fabuloso y merece la pena ver la puesta en escena de NIN, otra cosa de la que no te cansas de ver. Voy a volver a escuchar el disco, esta vez analizandolo de la forma que tu sugieres. Aunque tampoco me va a costar escucharlo ya que NIN me encanta. Te doy un 10.

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