viernes, 6 de abril de 2012

Los idus de marzo (George Clooney, 2011)


Decir que George Clooney es de lo mejor que le ha pasado al cine norteamericano en los últimos años no es ninguna novedad. El consenso sobre está cuestión es casi unánime. Si como actor definitivamente se ha consagrado con su soberbia interpretación en "Los descendientes" (2011), sus facetas como guionista, director y productor resultan, incluso, más interesantes. Es en SUS películas dondeClooney da lo mejor de sí.
       Ante todo nos encontramos ante un hombre muy inteligente y comprometido con la realidad del mundo, especialmente de sus país y de su tiempo. De todos es conocido que Clooney es un Demócrata declarado, como se vio en su clarísimo apoyo a Obama en las últimas elecciones. Podríamos pensar que esta película, que trata de la elección del candidato Demócrata para la generales, podrá haberse hecho a mayor gloria de dicho partido. Nada más lejos de la realidad. Los inteligentes no son fanáticos, y si algo demostrado Clooney a lo largo de estos años es su inteligencia y sensatez.
       "Los idus de Marzo" es un retrato implacable y demoledor de la clase política, en las antípodas de cualquier sectarismo. Lo que en esta película se cuenta del Partido Demócrata, podría decirse de cualquier partido de cualquier país. La historia es tan rotunda que bastante tiempo después de haber visto la película, uno aún se siente noqueado. Lo curioso es que el efecto no se logra con ningún escándalo mayúsculo de esos que abundan tanto en las películas. No hay un asesinato en la sombra, ni una violación, ni delito alguno. Se trata de algo mucho más cotidiano, abstracto y que pasa habitualmente desapercibido. No quiero decir más porque prefiero que lo descubráis por vosotros mismos. 
       Realmente me sorprende la capacidad de Clooney de tirar piedras sobre "su" tejado, lo que, a mi jucio, es un verdadero ejercicio democrático. Me resulta inimaginable que algún autor español hiciera algo semejante, pues somos maniqueos, sectarios y democráticamente inmaduros, como nuestro día a día demuestra.
        Por supuesto, el guión de la película es sencillamente prodigioso. Los acontecimientos se desarrollan a la vez de una manera trepidante y natural, y, a pesar de estar en las antípodas del cine efectista, nos deja sin aliento. Clooney se muestra como un director especialmente brillante en la dirección de actores, haciendo imposible que te puedas desentender de ellos.
      Una mención especial merece Ryan Gosling. Su interpretación es soberbia. Plasma de manera magistral ée cambio psicológico de su personaje. Su capacidad para mostrarse vulnerable o aterrador, según convenga, es impresionante. Realmente se está postulando como el mejor intérprete de su generación, entre otras cosas porque como todos los buenos actores, sabe escoger buenos papeles y , a la vez, arriesgarse. Le agradecemos a Clooney que ceda el protagonismo a este joven actor, en lo que es toda una demostración de generosidad y confianza en lo que uno hace, alejado de cualquier divismo.
       Cada vez veo más a Clooney como un nuevo Eastwood, pero mejorado (versión 2.0). ´
       Una película formidable y que no os debéis perder. Sobre todo porque hace pensar, y mucho.

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