lunes, 18 de julio de 2016

El Regalo (Joel Edgerton, 2016)

Si nos planteran  el argumento de esta magnífica película, probablemente pensaríamos es el típico tele-film de los sabados por la tarde que trata de cómo el desequilibrado de turno se introduce en la vida de la pareja perfecta, para hacerle la vida imposible. Es posible, sin embargo, que al enterarnos de los premios, nominaciones y excelente recepción por parte de crítica y público nos animemos a verla. Aún así, la pregunta sigue siendo válida, ¿qué puede aportar una película, por muy bien ejecutada que esté, a este tema tan manido? ¿No serán, acaso, inevitables el caer una vez sí y otra también en tópico tras tópico?

Sin ánimo de destripar la película, dire que "El Regalo" es mucho más que el típico thriller sobre la intromisión del desconocido peligroso. Es, más bien, una lucidísima reflexión sobre nuestra cultura de la apariencia, del éxito, de la falta de escrúpulos y del desentedimiento por el sufrimento ajeno.

Joel Edgerton, en su primera película como director, desarrolla con una exquisita delicadeza y sentido del ritmo, una historia que en todo momento huye del efectismo. Frente a la habitual estructura planteamiento, nudo y desenlace, Edgerton, también guionista, productor y protagonista, de la película, construye un desarrollo más bien orgánico, en cierta manera espiral, en la que las situaciones girán cada vez más cerca su centro de gravedad explicativo. Se logra así, formidablemente, mantener al espectador en ascuas, no tanto por lo que va a pasar, sino por entender los motivos y el carácter de los personajes.

Sin duda, una de las más agradables y frescas sorpresas del año, que recomiendo a todos. "El Regalo" no sólo es una magnífica película de intriga. Es una histroria sobre nuestros pecados como individuos y cómo sociedad.