martes, 26 de marzo de 2013

Predator (John McTiernam, 1987)

Predator nunca ocupará un buena posición en la listas de películas mejor valoradas, independientemente del género o época que se considere. Son demasiados los prejuicios contra ella. Incluso, de ponerla en televisión, se la destrozará y se le pondrá la peor puntuación posible (el temible punto negro), y se dirá poco menos que el guión lo hizo un chimpancé borracho dopado con testosterona.
    En mi opinión, dichas opiniones sólo muestran los prejuicios de los que está repleta la crítica "oficial", y no creo que sea muy descabellado decir que algunos sesudos señores se sentarán a destripar esta presunta basura sin ni siquiera haberla visto. Así pues, Predator será una película únicamente aceptable para fauna de gimnasio, con más andrógenos que neuronas, fans incondicionales de Schwarzie y, en general, para todos aquellos cuya inteligencia no supere a la del presunto primate escritor.
    Yo no estoy en absoluto de acuerdo, y con este pequeño artículo quiero, entre otras cosas reivindicar esta pequeña joya, una de las mejores, si no la mejor, de su especie. 
    Predator no puede presumir de un gran guión. A su lado, el de Terminator parece una tesis doctoral en Física Teórica. Pero, muchas veces, las ideas más sencillas son las que mejor funcionan (opinión que Hitchcock defendía). Precisamente, Predator hace de la necesidad virtud, y uno de sus grandes aciertos es la ausencia total de pretensiones... sólo busca entretener y pegar a la silla al espectador durante algo más de hora y media; y eso es algo que hace maravillosamente bien, probablemente mejor que ninguna otra película de su década (en cierta manera, siempre me he tenido que esforzar para que Terminator y Aliens me entretengan... películas mucho más sesudas y bendecidas por la crítica, mientras que Predator siempre me ha atrapado desde el primer momento). Su argumento, pese a su simpleza, se desarrolla brillantemente en tres actos. Cronológicamente serían: operación paramilitar, caza al hombre y combate por la supervivencia. Los actos están muy bien diferenciados, tanto que casi casi podría hablarse de tres películas en una. Su gran virtud es que cada uno es más apasionante que el anterior. De esta forma, Predator ofrece mucho más de lo que parece. Empieza como una película de tantas para terminar siendo un viaje único y apasionante, justo lo contrario de lo que suele ocurrir.
   Otra clave es que la trama, ya de por sí sencilla, no se desarrolla haciéndose compleja, sino simplificándose y quedándose con lo más básico. Sus protagonistas van despojándose de todos los artilugios, y quedándose con lo esencial. Al final se trata de la propia lucha por sobrevivir, sin más artilugio. Es un proceso que empieza a finales del Siglo XX para acabar en una especie de Paleolítico. Evidentemente, para que algo así funcione debe prescindirse de toda pretensión intelectual.
   Había una probabilidad frente a mil de que este proyecto saliera bien. Y para ello fue esencial la presencia de John McTiernam. McTiernam no era el típico director de pelis de acción de los 80, obsesionado con las explosiones, las persecuciones y las chicas sexis. Con un estilo visual muy reconocible: primeros planos casi obsesivos, complicados travellings y un cuidado exquisito del montaje... logra coger y mejorar las líneas maestras del guión, haciendo del film una pegajosa, oscura, claustrofóbica e irrepetible experiencia, en la que la jungla es un personaje clave.
    En mi humilde opinión Predator es la mejor "peli" de acción de los 80, lo que la convierte casi automáticamente en la mejor "peli" de acción, a secas.
    No todas las películas tiene que ser grandes obras clásicas... Predator es puro "rock"... una gozada.
       
    

jueves, 7 de marzo de 2013

This Is Spinal Tap (Rob Reiner, 1984)

El director estadounidense, Rob Reiner es muy conocido por algunas de sus películas: Cuenta Conmigo, La Princesa Prometida, Misery o Algunos Hombres Buenos. El que muestre una carrera tan amplia, interesante y variada, nos indica que se trata de un artista inquieto y camaleónico. This is Spinal Tap no es una de sus películas más conocidas. Sin embargo sería una pena que este divertidísimo falso documental sobre una ficticia y descerebrada banda de glam-rock no fuera conocido por el gran público.
            Esta película tiene fama de ser la más divertida que se ha hecho jamás sobre el mundo del rock... y yo no puedo estar más de acuerdo. This is Spinal Tap es un genial despropósito de principio a fin, una carcajada tras otra. Al contrario de lo que cabría suponer, la película huye de la sal gruesa y opta por el humor inteligente y elaborado. Con una enorme sutileza, se satirizan todos los tópicos que acompañan a las estrellas del rock: las letras absurdas, las entrevistas estúpidas, su carácter de objetos sexuales, las "groupies", el choque de personalidades "creativas", los caprichos de "rock-star", la figura del "manager", las puestas en escena absurdas, la "mujer-del-lider-entrometida-controlador-desintegra-grupo", etc.
          En todo momento, a pesar de sus evidentes exageraciones (¿o no tanto?) la película nos resulta totalmente creíble, hasta el punto de que incluso por momentos llegamos a dudar de si se trata de un verdadero documental. 
           Sin ninguna duda, una de las películas más originales y divertidas que he visto... incluso al recordarla me río. No os la podéis perder. 

Argo (Ben Affleck, 2012)

Argo ha sido la gran triunfadora en la presente edición de los "Oscars", y no tengo nada que objetar. Si bien no era mi favorita, reconozco en ella suficiente virtudes como para considerarla una más que estimable película, al mismo tiempo que una buena muestra de los mejores nuevos vientos que soplan en Hollywood, en los que curiosamente el gran George Clooney juega un papel destacado... si no me equivoco, coproductor de la cinta.
            Sin ser una gran obra, Argo es una película vigorosa, entretenida, inteligente y honrada. Logra mantener el interés del espectador de principio a fin, con una trama apasionante y perfectamente desplegada, pese a que son evidentes ciertos artificios típicos de la mayoría de pelíulas de suspense.  Sin duda, una de sus grandes virtudes es huir del panfleto y de  los maniqueísmos y centrarse en la humanidad de sus protagonistas. En esta película todo huele a verdad: el terrible y diabólico régimen impuesto por el Sha de Persia, con el apoyo de los Estados Unidos, el odio antioccidental y especialmente antiamericano inoculado por el nuevo régimen iraní, los sueños de libertad frustrados de un pueblo que vio como su, más que justificada, revolución fue secuestrada por una élite teocrática, que lo primero que mutiló fue la libertad de su pueblo.
            Pero, pese a sus aciertos en los aspectos políticos, lo mejor de Argo está en la historia concreta de sus personajes: la lucha por la supervivencia, la necesidad de esconderse para vivir, la dificultad para escapar de un régimen que todo lo controla y todo lo domina, el desinterés, el valor, la nobleza, el ingenio, cómo las historias más increíbles a veces son las que mejor funcionan... Pero creo que la tesis central de la película es que pese a la maldad de los regímenes de un signo u otro, siempre hay héroes anónimos dispuestos a entregar su vida por otros.
          No se... los libros de Historia tienden a hacernos pensar que esta la escriben los reyes, presidentes, generales,... yo prefiero pensar que la escriben las madres, padres, médicos, músicos, escritores, amigos...

lunes, 4 de marzo de 2013

Joy Division (Grant Gee, 2012)

Ocurre, con especial frecuencia en los últimos años, que los documentales superan ampliamente en calidad e interés a las obras de ficción. No es descabellado decir que mientras que las películas convencionales están experimentando una clara decadencia, documentales están en una auténtica edad de oro. Han abandonado el formato meramente televisivo, para situarse, con toda justicia, como verdadero producto cinematográfico.
         Joy Division narra la historia del cuarteto británico del mismo nombre. Sin duda, uno de los grupos punteros del rock de finales de los setenta y principio de los ochenta. De ascendencia "punk", en seguida encontraron un sonido propio y único en la historia de la música, que, incluso hoy, resulta sorprendentemente contemporáneo. Su música oscura, triste, nihilista, industrial e intimista resulto ser el reverso existencial del "punk", Al contrario que los "Sex Pistols" no adoptaron la actitud de llenar el vacío interior con la destrucción de lo exterior... se limitaron a expresar con una fuerza única ese vacío en sus letras y, sobre todo, en su grandioso sonido.
       Joy Division (el documental) opta por un planteamiento sencillo. Alterna entrevistas con los miembros del grupo (todos excepto el malogrado Ian Curtis, muerto en 1980), sus productores, amigos o colaboradores... con imágenes de archivo inéditas. Sin embargo, esta estructura tan básica se muestra muy poderosa y convincente.
       Podría pensarse que una obra como ésta solo interesará a los amantes del rock. A pesar de que me incluyo entre éstos, creo que tiene mucho que decir al público en general. Es la crónica de una época en la que las injusticias sociales se combatían artísticamente, la reivindicación de una manera de hacer y entender la música que hoy no podemos ver sin nostalgia. Entonces, como hoy, el rock estaba absorbido por el mercado. Sin embargo todavía era posible encontrar auténticos artistas, para los cuales expresarse a través de la música les era tan necesario como respirar... Hoy parece que el mercado lo ha absorbido todo, y tenemos que conformarnos con tomaduras de pelo del tipo "Operación Triunfo" o el "Gangang Style" (o cómo se diga), y lo peor es que nos lo quieren hacer pasar por música.
          Sin embargo lo que más me gustó del documental es su faceta humana... el retrato del genial, complejo y atormentado Ian Curtis. Él es el continuo ausente cuya presencia llena todo el film. Gee y el guionista John Savage retratan con una delicadeza exquisita al desgraciado músico... Una persona sensible, inteligente y profunda que no supo detener su proceso autodestructivo... "El médico le dijo que tenía que dejar de beber, dormir y descansar, huir de los focos del escenario... ¿Cómo haces eso cuando eres una estrella del rock?" "En sus letras avisaba de lo que iba a hacer, pero entonces creímos que sólo se trataba de arte". "Estoy enfadado con él porque le habríamos ayudado, también con nosotros por no haberle ayudado". Esta última frase, de un miembro del grupo, esconde un mensaje demoledor.... la de un joven profundamente solo e incomprendido salvo tener el mundo a sus pies, y la de sus amigos y compañeros, también muy jóvenes, que deslumbrados por éxito no se dan cuenta o no quieren darse cuenta del infierno que atraviesa su amigo.
            ¿Que queréis que os diga? En este documental hay más humanismo que el cualquier tragedia griega. Una vez más la realidad supera la ficción.