miércoles, 16 de mayo de 2012

Platoon (Oliver Stone, 1986)

Supongo que cuando Oliver Stone se planteó hacer Platoon se haría la pregunta sobre si era necesario y conveniente hacer otra película sobre la Guerra de Vietnam. Era un subgénero del que se había abusado mucho desde finales de los setenta, con muchas películas, la mayoría bastante mediocres. Además había una obra maestra absoluta y una excelente película que habían tratado el mismo tema: Apocalypse now y El cazador, respectivamente. Así que se trataba una apuesta arriesgada, con una audiencia cansada del tema. Para que saliera bien, la película tenía que ser excelente y ofrecer algo nuevo a tan manido subgénero.
           Platoon cumple con creces estas condiciones. Es una obra maestra y una de las mejores películas bélicas de la historia. Junto con la mencionada Apocalypse now y La chaqueta metálica forman lo que denomino la trilogía de oro de Vietnam. Cada una tiene su propio carácter. La de Coppola es una obra monumental, casi simbólica, una especie de opera wagneriana contemporánea. La de Kubrick  fría, despidiada y de una objetividad de entomólogo, se centra en el proceso deshumanizador de la formación militar y sus funestas consecuencias.
           En este océano de cine sobre Vietnam, Platoon es probablemente la más humana, la más directamente implicada en lo narrado. No es una reflexión sobre la guerra ni una evocación de ella. En Platoon el conflicto se cuenta en primera persona. Asistimos al funcionamiento interno de los pelotones, a sus bandos y enfrentamientos. Las batallas son siempre emboscadas y en todas ellas esta presente la muerte. 
           Los diálogos son excelentes (Stone siempre ha sido un excelente guionista) y probablemente es la película que más se preocupa por los aspectos psíquicos y sociales de los soldados. Tan bien definidos que parecen de carne y hueso.
          Otro punto fuerte es el talento visual de Stone, ya que la película es portentosa en este aspecto. La jungla, la iluminación, el sudor, el uso del montaje, de la cámara lenta, de la niebla... todo ello es manejado con maestría por Stone hasta lograr que casi vivamos personalmente lo narrado. Tiene momentos de una intensidad y de una belleza subyugadoras que se graban a fuego en la retina.
          Desgraciadamente, aunque no devaluada, esta gran película está un tanto olvidada, en gran parte por culpa del propio director, que posteriormente, con la excepción de la excelente Nacido el cuatro de julio, tomó una deriva, en el mejor de los casos, excéntrica, con lo que se ganó la animadversión de la crítica (y probablemente con razón)
         Pero ese no es motivo para olvidar esta desgarradora, sincera, directa y bella crónica del horror que es Platoon. Una película que deja muy claro que lo primero que muere en la guerra es la inocencia (cómo decía su frase promocional) y que los verdaderos y más peligrosos enemigos no son los externos, sino los internos.
        Una maravilla. Imprescindible

1 comentario:

  1. Muy buena tu crítica, redactada como siempre con entusiasmo! Me repito mucho lo sé, más que la palabra portentosa en tus críticas! jajaja. Las películas bélicas son complicadas, por que a menudo son largas y acaban siendo pesadas con tanto disparo... Me pasa lo que a tí con las batallas de los superheroes jejeje. Por eso, hacer una película bélica buena, tiene un especial mérito. Y como de tu opinión me fío, si la recomiendas, la veré. ;)

    ResponderEliminar