sábado, 7 de julio de 2012

GOG (Heavy fierce brightness: spells of the Sun, 2010)


GOG  es la creación del californiano Michael Bjella. Su propuesta es hacer música ambiental oscura a base de sintetizadores, guitarra eléctricas y distorsiones. Las composiciones apenas tiene desarrollo y, para muchos, dificilmente se pueda considerar música. En efecto, no hay prácticamente atisbos de melodias, etc. En cierta manera es puramente sonido. Pero un sonido envolvente y que consigue un efecto sugestivo e hipnótico. Heavy fierce brightnees: spells of the Sun es su quinto álbum. Sus composiciones en un principio fueron pensadas como banda sonora para galerías de arte. Tal vez por eso, el mejor secreto para disfrutar de esta música sea no pensar en ella y dejarse atrapar por su poder evocador y su magia. Está dividido en tres actos.
    Spells of Shadow empieza como un rumor de fondo, que va subiendo en intensidad y haciéndose mas oscuro cuando aparece el sintetizador, que origina una atmósfera irreal e insana. A los cuatro minutos hace su aparición un guitarra distorsionada se hacen más patente dicha atmósfera, mientras el ritmo se mantiene hipnóticamente. La oscuridad se hace total cuando se presenta la percusión aproximadamente a los seis minutos y medio, al tiempo que las distorsiones suben en intensidad. Entonces aparece un leve sonido agudo que evoca ligeros rayos de luz en medio de todas esas tinieblas.
    The opening comienza de manera majestuosa. Al minuto la pieza a desarrollarse con una fabulosa guitarra y una magnífica percusión. El tono es épico. Casi a los cuatros minutos la atmósfera cambia, la música se hace menos limpia, más distorsionada, y en general se oscurece. Gana importancia una continuo ruido de fondo. En el minuto seis la composición es prácticamente un caos sonoro, que alcanza su clímax en el minuto siete, cuando ya sólo el ruido permanece. A lo lejos se oye una guitarra que intenta abrirse paso entre tanta oscuridad. La pieza entra en un interludio que nos deja en suspenso absoluto sobre lo que viene a continuación, recreando una especie de combate entre la luz y las tinieblas, que parecen ganar las segundas. La épica vuelve en el minuto catorce, esta vez con un poderío redoblado. La melodía se desarrolla más de lo que la había hecho hasta ahora: es la hora de la luz. La percusión, soberbia, sostiene este tramo de la composición. Pero no nos dejemos engañar la victoria de la luz es efímera y la oscuridad termina por envolverlo todo.
    Heavy fierce brightness es la última y más extensa pista del álbum. Parece surgir del más alla, de las propias profundidades del Hades, donde incluso parece oírse algún alma condenada. Es un infierno, evocado a base de zumbidos y guitarras distorsionadas, en el que prácticamente podemos oír insectos.  La música parece representar una caída sin fin en un abismo, en el que no hay el más mínimo resquicio de luz. Variando en sus matices, pero prácticamente sin desarrollo la pista se mantiene así durante sus veintiún minutos. A los dieciséis minutos surgen riffs que parecen truenos lejanos o el avance ineludible del destino, que se acerca fatalmente. A los veinte minutos las guitarras desaparece y sólo permanece un oscuro zumbido. En esta pista no hay combate entre la luz y la oscuridad. La tiniebla es la reina y señora absoluta.
    No hace falta decir que este álbum no contiene una música que solamos escuchar y a la que nuestros oídos están acostumbrados. Pero si hacemos un esfuerzo, o, mejor dicho, si nos liberamos de ciertos prejuicios, descubriremos un trabajo original, arriesgado, interesante y muy sugerente. Muy recomendable.

2 comentarios:

  1. No conozco el trabajo, pero al leer tu crítica me ha resultado interesante. Solo quería darte la enhorabuena como de costumbre por tu crítica musical. Ya te lo he comentado otras veces, pero me parecen poesias. Da gusto de leer algo bueno para variar. Congratulations!!!;)

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    1. ¡Muy buenas! Pues te recomiendo encarecidadamente que los escuches. Además Michael Bjella es un tío muy amable y simpático. Imagina mi sorpresa cuando descubrí que el disco me lo había mandado el personalmente, y con un regalo que también debo comentar por aquí. Bendita internet, jajajajajjaja

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