jueves, 26 de julio de 2012

El caballo de Turín (Béla Tarr, 2011)

Se cuenta de Nietzsche, él más visceral de todos los filósofos de la historia, el hombre que mató a Dios y que engendró al superhombre, el que no tenía más moral que su voluntad y su fuerza, que se arrojó, en Turín, desesperadamente al cuello de un caballo que estaba siendo castigado inmisericórdemente por su cochero, para protegerlo y confortarlo. Tras esto estuvo dos días sin hablar y sin prácticamente reaccionar a estímulo alguno. 
      Poco tiempo después su fogoso caracter se apagó y se convirtió en un hombre afable y mentalmente enfermo. Antes de morir le dijo a su madre: "Perdóneme, he sido un estúpido". Nietzsche no fue un cualquiera, fue el gran azote del cristianismo, y una de las inspiraciones de los totalitarismos... posiblemente a su pesar, uno de los pensadores más influyentes de la historia. Un hombre del Siglo XIX que alumbró el Siglo XX.
     ¿Qué significa la anécdota del caballo? ¿Que el hombre que afirmó que lo débil no valía y que el deber de todo ser fuerte es acabar con ello; qué la compasión es un sentimiento de esclavos y los libres deben evitarla como la peste, de pronto, irresistiblemente, se vio impelido a proteger un ser (ni siquiera una persona) del que se estaba abusando por la fuerza? Tengo mi respuesta, pero prefiero que tú, lector, saques la tuya.
     ¿Y que tiene que ver esto con nuestra película? Pues que el Caballo de Turín, está inspirada en este hecho, y narra qué fue del caballo y de su cochero tras aquél.
    Si esta crítica te parece un poco más corta de lo habitual no es por pereza, es que quiero contar lo mínimo posible de esta película para que tú mismo saques tus conclusiones. 
    En lo que si me voy a detener un poco más es en la valoración. El Caballo de Turín es una obra de arte con mayúsculas, una joya, no ya del cine, sino de la cultura en general. Habría que remontarse a Dreyer o a Tarkovsky (en mi opinión los dos mejores directores de la historia) para encontrar algo parecido. Una propuesta absolutamente radical en su desnudez. Cine que no pretende entretener, sino que es búsqueda de la verdad, y es la manifestación de las inquietudes más íntimas y profundas de un artista. Una obra que, como Tarkovsky diría, es una escultura en el tiempo. 
    Y no te quiero decir más, pues, como en la vida, cada uno debe sacar sus conclusiones. Existe una alta probabilidad de que esta película aburra y resulte insoportable. Es el precio que paga por su brutal honradez y absoluta personalidad. Pero también está la posibilidad de que resulte hipnótica y se grabe a fuego en el espíritu: a mí aún me parece estar viéndola, o mejor dicho viviéndola.
     No voy a teorizar sobre ella ni voy a intentar darte instrucciones. Sinceramente te diré que, desde mi punto de vista, está película merece como pocas quedar para la posteridad. Una última cosa: su relación con Friedrich Nietzsche no es mera casualidad.

2 comentarios:

  1. Lo de hacer la crítica corta ha funcionado conmigo, tengo mucha intriga y curiosidad. No solo de la película, sino saber acerca de Friedrich Nietzsche, me sugerirías algún libro? Estoy en una etapa de mi vida en la que me está surgiendo mucha curiosidad por la psicología, y la verdad es que no estoy muy puesta en el tema, no sé por donde empezar. Te pregunto a tí, por que tengo la certeza de que eres una persona leída, y que muy probablemente sepas del tema. jejeje. Bueno Chejofan, que puedo decir que no te haya dicho ya. Una vez más no dejes este blog. Un abrazo. ;)

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    1. Es que estoy seguro de que es mejor que esta película la descubras por tí misma. Tampoco quiero engañar nadie: es una apuesta arriesgada y no es una película para el gran público. Nos hemos educado en un cine que está en las antípodas de éste. Respecto a Nietzsche, su libró más conocido es "Así hablo Zaratrusta". Es un autor complicado y a veces resulta muy duro. De todas formas, su obra es más filosófica que psicológica.

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