domingo, 1 de julio de 2012

Murmuüre (Murmuüre, 2010)

Murmuüre es el proyecto de un único músico frances, que incorpora elementos del rock ácido, de la música espacial y del black metal distorsionado. Su primer trabajo, un EP del mismo nombre, es una obra compleja, en el que apreciamos su talento para mezclar géneros dispares y construir con ellos algo nuevo... así como su capacidad hacer una música potente a veces, sugestiva otras, y en ocasiones ambas cosas.
Primo Vere es una exótica pieza conducida por instrumentos de vientos y acompañada por guitarra eléctrica, con una original instrumentación que recuerda los sonidos de la naturaleza.  A mitad de su desarrollo la pieza se hace más oscura con la entrada de la batería y un aumento de su componente black metal. Reincarnate empieza de manera etérea y misteriosa... pronto la tormenta se hace presente, en forma de una guitarra muy distorsionada, que repite un motivo obsesivo, como si una fuera una maldición. Sobre esta repetición se levanta una tímida melodía, ahogada por la percusión. Torch bearer cambia el tono de disco. Es más lenta y sugerente. El sintetizador construye un motivo ascendente y que gana en fuerza a medida que avanza, de la mano va un órgano que suena casi de iglesia. A mitad de su desarrollo la composición se clarifica, como si se abriera a la esperanza y una trompeta simboliza un optimismo ausente hasta ahora en el álbum. Amethist tiene un carácter lúgubre, sobre el que se superpone una tímida y lírica flauta. Al minuto y medio se desata la tempestad y la artillería pesada (guitarra y batería) aparece con toda su fuerza, pero esta vez de manera épica. Es un pista que posee una gran fuerza y cierto carácter marcial. Al final la flauta vuelve aparecer entre este "mare magnum" de sonidos, recuperando algo de lirismo. L´Adieu au Soleil empieza con una larga introducción de solo de guitarra... súbitamente aumenta su poder con una formidable sección rítmica y unas voces infernales, éstas apenas audibles. Se trata de una composición muy potente y, probablemente, la más compleja del disco. Dos minutos antes del final desaparece casi por completo todo carácter metálico y es sustituido por la electrónica. Sin solución de continuidad aparece Disincarnate cristalina y contundente composición que se refiere, por partes iguales, al cosmos y al cuerpo. 
        Un trabajo notable que está entre lo mejor de 2010.

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