viernes, 22 de junio de 2012

Into the abyss (Werner Herzog, 2012)

¿Qué puede decirse de un alegato contra la pena de muerte que está dedicada a todas las víctimas de crímenes violentos y sus familias? Para mí, la respuesta es evidente, está filmada, y firmada, por un autor de gran sensibilidad, que comprende la compleja, frágil y contradictoria naturaleza humana, y que huye de los maniqueísmos y de las respuestas fáciles.
        Werner Herzog es un cineasta enorme, que, como documentalista, no admite comparación, como ya demostró en su magistral Grizzly Man (2005), film único y que nadie debe perderse. El tema de Into the abyss, que podría resumirse con el título de la genial novela de Dostoievski, Crimen y Castigo, no es nuevo, y ha sido tratado, a veces de forma muy brillante, tanto por el cine documental como por el de ficción.
        La maestría de Herzog está en la cadencia que da a su creación, serena, reflexiva... incluso hermosa. Asume todos los puntos de vista y ninguno juzga. Aunque la película se basa en entrevistas a personas que, por un motivo u otro, están en situaciones límite, se caracteriza por un tacto exquisito y el respeto que les muestra, huyendo del morbo y del sentimentalismo fácil. Su propósito es hacernos reflexionar, no exacerbar nuestros sentimientos, justo lo contrario de la tendencia dominante. Al igual que Claude Lanzmann en Shoa (probablemente el mejor documental de la historia), el autor se retrae hasta un segundo plano, y deja que la realidad y sus protagonistas se expresen con total libertad, como también deja total libertad de conciencia al espectador para que saque sus propias conclusiones.
       Así conoceremos a dos chicos que con dieciocho años cometieron un triple asesinato por robar un coche, y el dolor indeleble que han dejado en la familia de las víctimas. Como la muerte de un ser querido abre una herida que nunca se cierra. Sabremos que los dos fueron juzgados separadamente; uno, curiosamente el que parece más ingenuo y frágil, sentenciado a muerte, sentencia que lleva ¡diez años! esperando; mientras que el otro, más frío e inteligente, fue condenado a cadena perpetua. Veremos el cuidadoso protocolo con el que se prepara la muerte del preso, y como si se encuentra enfermo, la ejecución se pospone (parece que sólo tiene sentido matar a alguien si se encuentra sano). Conoceremos al padre de uno de los presos y su sentimiento de culpa ante lo que su hijo se ha convertido... lo escucharemos decir que, de tener la oportunidad, todo lo hubiera cambiado por haber sido capaz haberle dado una buena educación. Conoceremos a un ex-verdugo que tuvo que dejar su trabajo, porque en una ejecución las manos empezaron a temblarle, motivo por el que se quedó sin ninguna pensión. Pero, en definitiva, la frase que resume la película es la pronunciada por un sacerdote. "la vida, toda vida, es preciosa". Creo que está frase, de tan evidente que nos parece, la olvidamos con excesiva facilidad.
       Si esta película no es una lección de humanidad, no sé que pueda serlo. Esencial.

2 comentarios:

  1. No encuentro un calificativo digno para esta crítica, PRECIOSA se me queda corta, tan preciosa como la vida misma, como tu dices. Me ha llegado al corazón, creo que tienes toda la razón al decir que esta película es esencial. Porque lo que hoy día necesitamos es que nos hagan recapacitar en muchas cosas, pero sobre todo a la hora de juzgar quién merece vivir y quien merece morir. A mi juicio solo Dios debería de ser quien decida a quién le llega la hora, pero como a menudo sucede que hay personas que se creen dioses, estos se creen con derecho a decidir sobre la vida de los demás. No he visto esta película pero la veré seguro. Para terminar una reflexión... La vida es preciosa, un regalo, aunque aveces pensemos que solo estamos aquí para sufrir (si es cierto que se sufre mucho, y cada persona tiene su propia historia que contar). Hay que llenar el corazón de sentimientos buenos, porque cuando llegue nuestra hora será todo lo que tengamos. Un abrazo muy grande Chejofan ¡Tan grande como tú!

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    1. Muchas gracias por tu amable comentario. Me reitero en afirmar que ver esta película es esencial, y no por motivos meramente cinematográfico, sino principalmente por pura humanidad. El de la pena de muerte es un debate que nunca termina de cerrarse. Puede que a nosotros, europeos bien pensantes, no parezca bárbaro que un estado democrático como EEUU tenga a una persona diez años esperando para ser ejecutada. Probablemente de los 18 a los 28 años esa persona haya cambiado tanto que no sea ni la misma que cometió el crimen. Si se trata de evitar que esa persona sea un peligro para sus semejantes, la cárcel basta no hay porque matarla, con premeditación y alevosía. Todo eso lo tenemos muy claro, pero basta conque haya un crimen que nos impresione especialmente para que surjan las voces de "a esos hay que matarlos", "que me los dejen a mí", "para estos casos debería haber pena de muerte". Yo personalmente he oído frases como esas infinidad de veces, lo que delata nuestra hipocresía. Y el que los medios de comunicación exalten tanto los sentimientos, en detrimento de la razón no ayuda. Cada vez es más difícil mantener un debate sereno sobre cualquier cosa, porque cada vez pensamos menos. En cualquier caso, y volviendo a nuestro tema, a mi modo de ver la pena de muerte no es justicia, sino venganza.

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