sábado, 11 de agosto de 2012

Chacal (Fred Zinnemann, 1973)

Coproducción británico-francesa basada en la novela The day of the Jackal, de Frederick Forsyth, Chacal es una de las películas más interesantes e intrigantes del cine europeo y del cine mundial. Sin duda, una de las cumbres del género negro, a mitad de camino entre el género policiaco y las películas de espías.
     Chacal narra la historia de un meticuloso e implacable asesino a sueldo, que es contratado por una organización terrorista francesa para asesinar al presidente de Gaulle.
       A mi modo de ver, el gran acierto de Chacal, y lo que ha hecho de ella una película por la que no pasan los años, es que lo ha apostado todo a la carta de la inteligencia, haciendo al espectador partícipe de una apasionate partida de ajedrez entre el asesino y las fuerzas de seguridad encargadas de detenerlo. Zinnemann ha optado por una desarrollo sólido, meticuloso y progresivo de la historia, que no se altera ni precipita nunca, en un continuo creciendo de tensión, que desemboca en uno de los finales más emocionantes e imprevisibles de la historia del cine.
        Y es que sobriedad es la palabra que mejor define la película. Sobriedad en la manera de actuar del asesino, tan lejos del histrionismo y de la sobreactuación que suele caracterizarlos... sobriedad en la manera de actura de la policía, ya que es una de las pocas películas en la que más que emplear sus armas, emplean sus cerebros... y, sobre todo, sobriedad en el desarrollo de la historia: sin giros, ni cambios de ritmo, ni golpes de efecto, sino con un  crecimiento natural y orgánico que va envolviendo progresivamente al espectador para no soltarlo nunca... una sobriedad tan acertada como ausente hoy día en el cine de género, y que ha hecho de las películas actuales ejemplos inmejorables de lo que significa "mucho ruido y pocas nueces"
       Al contrario que en la inmensa mayoría de las películas, en teoría similares, no hay persecuciones, ni tiroteos, ni huidas precipitadas. Todo funciona con una milométrica precisión que hace de esta película una recreación de una verdadera "guerra fría". A su lado, las demás películas de espías (léase James Bond) parecen auténticas payasadas infantiles. Incluso honorables sagas, como la de Jason Bourne palidecen en comparación con este auténtico trabajo de relojero que es Chacal, demostrando que la inteligencia, y el trabajo pausado y bien hecho, siempre es mucho más interesante que las acrobacias de circo y una puesta en escena en la que todo sucede tan rápido que no te enteras de nada.
      Una película que se agradece doblemente, por ser inteligente y por creer en la inteligencia del espectador, y que de paso creó un villano inolvidable... de los mejores (es decir, peores) que se han visto en la gran pantalla.
     En resumen "muchas nueces y poco ruido", como debe ser. Realmente recomendable.

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