martes, 5 de mayo de 2015

El Gran Hotel Budapest (Wes Anderson, 2014)

Si hay alguna película que en el último año me haya impresionado es ésta. "El Gran Hotel Budapest" vuelve a poner de manifiesto el inmenso talento y el originalísimo mundo interior de Wes Anderson, en esta ocasión de una manera definitiva e indiscutible. Si en sus anteriores obras se aprecian destellos de genialidad; "El Gran Hotel Budapest" es sencillamente una obra redonada, perfecta, muestra de que ha sus 45 años el tejano ha logrado la madurez creadora.
    Una virtud no menor de la película es la de basarse en cuentos del malogrado escritor austriaco Stephan Zweig, uno de los mayores genios del siglo XX. Zweig fue un creador con una imaginación desbordante, capaz de plasmar en deliciosas miniaturas las más profundas reflexiones sobre el ser humano. 
   Sobre el papel, Anderson, también un artista muy imaginativo y sugerente, parece alguien ideal para adpatar al austriaco. A la vista del resultado, no puedo menos que aplaudir la decisión. "El Gran Hotel Budapest" es un verdadero festín para los sentidos, cine de primera categoría. Desde el primer minuto somos conscientes de que nos encotramos ante una obra apabullante, donde el color, la perspectiva, la edición y la puesta en escena se llevan a cabo con un talento al alcanze de muy pocos. Si esto no fuera suficiente, la película se asienta sobre un guión y unos diálogos de primera.
    "Gran Hotel Budapest" es una película profundamente cinematográfica. Con esto, que bien podría parecer una tontería o una obviedad, me refiero a que detrás de ella hay un verdadero creador, con una visión única y genuina del cine, que no se limita a seguir las recetas, compuesta por los tres o cuatro ingredientes de siempre, que caracterízan el actual cine de las grandes productoras. Es, además, una divertidísima comedia, mostrando que no hay mejor órgano del sentido del humor que la inteligencia. 
     A pesar de su extenso e impresionante reparto, la película no se pierde en ningún "cameísmo". Todos los actores parecen haber disfrutado del rodaje y haber puesto lo mejor de ellos. Lejos de cualquier divismo, son los actores los que están a servicio de la película, y no la película al servicio de los actores. 
      Sin duda, una de las películas del año. En mi opinión, muy por encima de la unánimemente glorificada "Birdman".

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