domingo, 19 de octubre de 2014

The Equalizer (Antoine Fuqua, 2014)

La pareja Fuqua-Washington me proporcionó buenos e intensos momentos en "Training Day"(2001). De todas las interpretaciones de este magnifico actor, la del corrupto policía Alonzo es mi favorita. Por otro lado, el director Fuqua mostraba una gran capacidad para crear y mantener la tensión de la escenas y en general de la película. 
    Desde mi punto de vista, dos elementos claves para lograrlo, en este tipo de películas es lo que yo denomino principio de ambigüedad y de realismo. Me explico, la ambigüedad es eficaz porque transfiere la incertidumbre del personaje al espectador. Una de las claves de "Training Day", es que junto con el genial Ethan Hawk, el sufrido compañero de Alonzo, nosotros no sabíamos que pensar de éste ¿era un despiadado policía corrupto, o un justiciero pasado de revoluciones? Lo que sí es una condición necesaria en estas películas es un mínimo realismo, para que suframos y dudemos en los momentos en los que la cosa pinta negra.
    Fuqua, un director que yo considero muy capaz de hacer buenas películas, desprecia absolutamente estos dos principios que tan bien había utilizado antes. No hay ni incertidumbre ni realismo. Desde el principio, el justiciero protagonista se muestra como una especie de superhombre capaz de acabar, desarmado y sin despeinarse (y no lo digo por que esté rapado), con cuantos mafiosos rusos se le pongan por delante. Es cierto, que las escenas de acción están bien filmadas, pero eso por sí mismo no basta: la primera sorprende, pero a partir de ahí se van volviendo rutinarias, hasta llegar a ser aburridas, e incluso caricaturas de sí mismas al final.
    Por otro lado, el otro pilar de la narración: la identidad del misterioso protagonista, falla estrepitosamente. Esta película tiene uno peores de "hombres sin nombre", que conozco: un cruce entre un "Old Boy" (políticamente correcto, eso sí) un monitor de autoayuda y vida saludable  y un animador a la lectura. El personaje es absolutamente plano, lo que es aún más imperdonable si se tiene a un actor como Washington. 
    Antoine Fuqua lo tenía fácil. Podría haberse inspirado en "Una Historia de Violencia", de David Cronenberg, o en "Drive", de Winding Refn, magníficos ejemplos ambos, o, incluso, en sus anterior "Training Day", en la serie de Jason Bourne. Sin embargo, inexplicablemente parece haber seguido como modelo una versión desnaturalizada y "para todos los públicos" del cine de acción surcoreano.
   Todo esto no quita que la película se deje ver.... En general, aunque no termine de entretener, tampoco termina de aburrir, salvo cuando Fuqua se pega el tiro en el pie y se marca uno de los peores usos de la cámara lenta y del tiempo congelado que he visto.

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