lunes, 15 de diciembre de 2014

Gone Girl (David Fincher, 2014)

Pocas trayectorias en el cine reciente son comparables a la del estodounidense David Fincher. Proveniente del mundo del videoclip, y tras su fallido debut con "Alien 3", nos dejó a todos boquiabiertos con estremecedora "Seven", uno de las mejores películas de intriga de todos los tiempos. A los que creíamos que era flor de un día, nos volvió a sorprender con la genial "El Club de la Lucha", film con un registro visual y narrativo muy alejado de su primera obra maestra. En su envidiable carrera, todavía ha tenido la oportunidad de firmar otras dos joyas, como "Zodiac", originalísima muestra de como deconstruir un determinado género, el policiaco, y de como se puede mantener la tensión y la atención del público, con una trama que en lugar de avanzar, gira y gira sin llegar a ninguna parte, y "La Red Social", una revisión en clave 2.0 de "Ciudadano Kane".
  "Gone Girl" es una película valiente y original, que vuelve a mostrar el increíble talento de Fincher, para atrapar en imágenes cualquier historia, ya sea plana o truculenta, cotidiana o excepcional, y sumergir en ella al espectador. Sin embargo es una película que empieza mejor de lo que termina y promete más de lo que ofrece. 
    Escribir una crítica de este film es tan estimulante como difícil. Por un lado, sus innumerables virtudes son eclipsadas por un único defecto. Por otro, la película exige que el espectador para disfrutar (más o menos es otra cuestión) de ella no sepa nada sobre su desarrollo. Así que de nuevo nos vemos ante el desafío de decir sin contar.
   Existe cierto paralelismo entre "Gone Girl" y "Zodiac". En ambos casos el deseo de subvertir un género, manteniendo las piezas, pero cambiando el orden, para retar y desconcertar al respetable. Si en "Zodiac" esta travesura se hacía con el policíaco, en la presente se hace con el suspense. A su vez, hay un elemento común al que se recurre, la distancia. Pero si en "Zodiac" esta distancia connotaba objetividad, y nos ponía en la piel de los  policías y periodistas, en sus inútiles esfuerzos por averiguar la identidad del asesino, y nos hacía complices de su cansancio y su impotencia; en "Gone Girl" esta distancia solo provoca frialdad, y finalmente un hastío, al contrario que el de "Zodiac", no pretendido.
    Es curioso como el mismo recurso puede producir efectos tan distintos según la obra. La clave de la empatía en Zodiac es la clave de su total ausencia en "Gone Girl". No dudo de que esta frialdad haya sido premeditada, como no puede ser de otra manera con tan buenos director y guionista. Pero en su ejercicio de la, tan de moda, Entomología Humana... O lo que, es lo mismo, descripción de los personajes y situaciones como si fueran criaturas y hechos con las que cabe simpatía, se les ha ido de la mano, y lo que se pretendía distanciado se ha hecho ajeno.
   No niego las virtudes de la película, como su intachable puesta en escena o su capacidad para dar la vuelta a todos los tópicos del género. Sin embargo, a medida que la veía mi interés por la historia fue decayendo, por algo tan "primitivo" como mi incapacidad para simpatizar con cualquiera de los personajes. Realmente me sorprendió ver en una película tan americana un defecto tan europeo. A Fincher no le ha salido bien jugar a ser Haneke, ya que ni al propio Haneke le sale.
    Con un mínimo de cariño hacia alguno de sus personajes, la película hubiera sido magnífica, como lo fue la mucho menos pretenciosa "Prisioneros", que con materiales más humildes construye un edificio mucho más noble.
    Me aburren las historias que describen a los seres humanos como insectos. Hubo un filósofo que dijo "nada de lo humano me es ajeno", yo me atrevo a parafrasearlo diciendo "me es ajeno lo que no es humano".
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario