jueves, 16 de enero de 2014

The Vanishing (George Sluizer, 1988)

A menudo me pregunto sobre el sentido de este blog: ¿para qué comentar lo que es tan obvio?... Que Kurosawa es un maestro, que El Club de la Lucha es una película genial, etc. Son cosas en las que casi todos los que amamos el cine estamos de acuerdo. Salvo que uno disponga de recursos y posibilidades especiales, al final acaba viendo las mismas películas que los demás, por lo que la sensación de no estar aportando nada es algo que experimento una y otra vez... Ese es uno de los motivos por los que la producción de este blog ha disminuido. De alguna forma, quiero ser una voz disidente, no para llevar la contraria, sino por ser, al menos, mínimamente original, tener un discurso personal y llevar a mis queridos lectores por otros caminos.
    Nada valoro más que las joyas escondidas del cine, películas desconocidas que resultan ser auténticas obras maestras, y que por circunstancias varias no han llegado al gran público. A menudo ocurre que estas películas han influido mucho en otras bastante más exitosas, pero no por eso mejores. Son las auténticas protagonistas de la historia profunda del cine, y ni siquiera han disfrutado del reconocimiento general. Pero, sobre todo, las aprecio porque me ofrecen la posibilidad de compartirlas con vosotros y recomendaros ver películas que probablemente signifiquen tanto para vosotros como para mí, y a las que a lo mejor no habríais llegado.
    Informándome sobre una película que me encanta y que todos conocéis (no diré cuál para no dar pistas sobre la trama de la que aquí comento), oí que una de sus principales influencias era un oscuro film holandés llamado The Vanishing. Desgraciadamente, todo lo que el comentarista  dijo sobre ésta acababa con gran parte de su misterio y la incertidumbre, algunos de sus pilares. A pesar de eso, por respeto a la conocida peli cuyo nombre no quiero decir y por el interés que me despertó la desconocida obra europea, decidí verla.
    Y di con un tesoro escondido. The Vanishing es una obra maestra, redonda, perfecta en cada detalle. La sencillez de su planteamiento no mina la profundidad de su visión. Es uno de esos escasísimos "thrillers" cuyo aspecto más cuidado es el humano. Tiene el encanto del cine europeo, sin los defectos que a menudo lo caracterizan... Tiene naturalidad, honestidad, valentía, minimalista en su puesta en escena... todo ello sin caer en lo artificioso, pedante, y sin exigir al espectador un esfuerzo inhumano de comprensión y tolerancia.
    En eso reside la grandeza de esta maravillosa película: nunca antepone el estilo al contenido... no es un ejercicio masturbatorio de eso que tanto aborrezco llamado "cine de autor", a mi juicio el principal motivo que aleja al espectador del cine de nuestro querido continente.
    The Vanishing es una película adictiva, emocionante, desgarradora, única...  que se clava irreversiblemente en el cerebro del que la ve. Atrapa desde el primer momento al espectador con una absoluta naturalidad. No hay plano que sobre, no hay plano que falte. Todo lo que se ve es lo que hay que ver. Todo lo que se dice es lo que hay que decir. De apenas, una hora y media, probablemente acompañe a su espectador para siempre. Sin ninguna pretensión filosófica es una magnifica reflexión sobre mucho de lo más profundo de nuestra naturaleza. Y lo que constituye el verdadero milagro es que todo esto se logra entreteniendo al público, sin tener que ejercitarse previamente en comprender lo incomprensible y valorar lo insoportable. 
    El gran Alfred Hitchcock, de alguna forma, consagró su carrera a demostrar que el arte y la diversión del público no son incompatibles. The Vanishing es la mejor prueba de este punto de vista, hasta el punto de que, a su lado, las obras del genial británico parecen artificiales, efectistas, previsibles y hollywoodienses. Es duro escribir algo así, pero no es demérito de Hitchcock, uno de mis directores favoritos, sino mérito de esta humilde y escondida coproducción Franco-holandesa, una película única que lleva al espectador por caminos nunca antes recorridos, y que, por desgracia, es muy difícil se vuelvan a recorrer.
    UNA MARAVILLA.


1 comentario:

  1. Tengo que decir que es cierto lo que dices, cuando la ví, no me la pude quitar de la cabeza. Incluso leyendo tu crítica me venian las escenas a la cabeza. Estoy deacuerdo contigo, es una gran pelicula, sencilla y que te hace pensar mucho sobre el alma humana. Yo también la recomiendo. Espero que sigas aportando repitiendo lo que tu dices, estas joyas que pasan tan desapercibidas y que se merecen más reconocimiento del que tienen.

    ResponderEliminar