A
menudo me pregunto sobre el sentido de este blog: ¿para qué
comentar lo que es tan obvio?... Que Kurosawa es un maestro, que El
Club de la Lucha
es una película genial, etc. Son cosas en las que casi todos los que
amamos el cine estamos de acuerdo. Salvo que uno disponga de recursos
y posibilidades especiales, al final acaba viendo las mismas
películas que los demás, por lo que la sensación de no estar
aportando nada es algo que experimento una y otra vez... Ese es uno
de los motivos por los que la producción de este blog ha disminuido.
De alguna forma, quiero ser una voz disidente, no para llevar la
contraria, sino por ser, al menos, mínimamente original, tener un
discurso personal y llevar a mis queridos lectores por otros caminos.
Nada
valoro más que las joyas escondidas del cine, películas
desconocidas que resultan ser auténticas obras maestras, y que por
circunstancias varias no han llegado al gran público. A menudo
ocurre que estas películas han influido mucho en otras bastante más
exitosas, pero no por eso mejores. Son las auténticas protagonistas
de la historia profunda del cine, y ni siquiera han disfrutado
del reconocimiento general. Pero, sobre todo, las aprecio porque me
ofrecen la posibilidad de compartirlas con vosotros y recomendaros
ver películas que probablemente signifiquen tanto para vosotros como
para mí, y a las que a lo mejor no habríais llegado.
Informándome
sobre una película que me encanta y que todos conocéis
(no diré cuál para no dar pistas sobre la trama de la que aquí
comento), oí que una de sus principales influencias era un oscuro
film holandés llamado The
Vanishing.
Desgraciadamente, todo lo que el comentarista dijo sobre ésta
acababa con gran parte de su misterio y la incertidumbre, algunos de
sus pilares. A pesar de eso, por respeto a la conocida peli cuyo
nombre no quiero decir y por el interés que me despertó la
desconocida obra europea, decidí verla.
Y
di con un tesoro escondido. The
Vanishing
es una obra maestra, redonda, perfecta en cada detalle. La sencillez
de su planteamiento no mina la profundidad de su visión. Es uno de
esos escasísimos "thrillers" cuyo aspecto más
cuidado es el humano. Tiene el encanto del cine europeo, sin los
defectos que a menudo lo caracterizan... Tiene naturalidad,
honestidad, valentía, minimalista en su puesta en
escena... todo ello sin caer en lo artificioso, pedante, y sin exigir
al espectador un esfuerzo inhumano de comprensión y tolerancia.
En
eso reside la grandeza de esta maravillosa película: nunca antepone
el estilo al contenido... no es un ejercicio masturbatorio de eso que
tanto aborrezco llamado "cine de autor", a mi juicio el
principal motivo que aleja al espectador del cine de nuestro querido
continente.
The
Vanishing
es una película adictiva, emocionante, desgarradora, única...
que se clava irreversiblemente en el cerebro del que la ve.
Atrapa desde el primer momento al espectador con una absoluta
naturalidad. No hay plano que sobre, no hay plano que falte. Todo lo
que se ve es lo que hay que ver. Todo lo que se dice es lo que hay
que decir. De apenas, una hora y media, probablemente acompañe a su
espectador para siempre. Sin ninguna pretensión filosófica es una
magnifica reflexión sobre mucho de lo más profundo de nuestra
naturaleza. Y lo que constituye el verdadero milagro es que todo
esto se logra entreteniendo al público, sin tener que ejercitarse
previamente en comprender lo incomprensible y valorar lo
insoportable.
El
gran Alfred Hitchcock, de alguna forma, consagró su carrera a
demostrar que el arte y la diversión del público no son
incompatibles. The
Vanishing
es la mejor prueba de este punto de vista, hasta el punto de que, a
su lado, las obras del genial británico parecen artificiales,
efectistas, previsibles y hollywoodienses. Es duro escribir algo así,
pero no es demérito de Hitchcock, uno de mis directores favoritos,
sino mérito de esta humilde y escondida coproducción
Franco-holandesa, una película única que lleva al espectador por
caminos nunca antes recorridos, y que, por desgracia, es muy difícil
se vuelvan a recorrer.
UNA
MARAVILLA.
Tengo que decir que es cierto lo que dices, cuando la ví, no me la pude quitar de la cabeza. Incluso leyendo tu crítica me venian las escenas a la cabeza. Estoy deacuerdo contigo, es una gran pelicula, sencilla y que te hace pensar mucho sobre el alma humana. Yo también la recomiendo. Espero que sigas aportando repitiendo lo que tu dices, estas joyas que pasan tan desapercibidas y que se merecen más reconocimiento del que tienen.
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