domingo, 24 de noviembre de 2013

Repeater (Fugazi, 1990)

Es evidente que si se os nombra grupos como los Nirvana, Soundgarden o Rage Against the Machine, casi todos, por no decir todos, no tardáis en situarlos y caer en la cuenta de quiénes son. Sin embargo, estas famosas bandas le deben mucho a una bastante menos conocida: los Fugazi, un cuarteto formado a finales de los 80 en Washington D. C. 
    Aunque en un principio enclavados en el género punk, su creatividad y fuerza pronto los llevó a romper las convenciones musicales y crear un estilo propio que sentaría las bases de gran parte de la música de los noventa. En ellos destaca un tratamiento de la sección rítmica nunca visto, donde la batería y, especialmente, el bajo adquieren un protagonismo sin precedentes. 
    Repeater, su primer LP, marcó un antes y un después en la música Rock. Se que esto se dice con demasiada frecuencia, pero en el caso de este disco creo que es la única manera de hacerle verdadera justicia. Desde mi punto de vista supuso un salto creativo de unos 10 años, y marca uno de los puntos de inflexión claves entre la música de los 80 y el de los 90. Su influencia es evidente en grupos como Nirvana, Slint o System of a Down y, de una manera especial, en Rage Against the Machine... toda la energía, potencia y rabia de la banda angelina ya aparece en este álbum. Al igual que los RAGM, los Fugazi, también utiliza la música como medio de protesta, pero si la música de los californianos es visceral, la de los Fugazi supone un equilibro perfecto entre rabia e inteligencia.
    A continuación hablamos un poco de cada una de las pistas de este magnífico disco.
    Se abre con Turnover, que en un gran disco brilla de una manera especial. Impecable en su planteamiento y en su ejecución, con momentos serenos y otros explosivos, sienta las bases de lo que será el resto del disco.
    Repeater la sigue sin solución de continuidad. En ella es más evidente aún el papel nuevo que va jugar la sección rítmica. El salto adelante de una dedada respecto a la música anterior es evidente, sobre todo en sus "interludios".
    Brendan #1 es un intermedio puramente musical, donde destacan la batería y, especialmente, un soberbio bajo.
   Merchandize es, de alguna manera, la canción más convencional, en la que con más facilidad se ven sus precedentes punk.
    La crítica contra el consumismo Blueprint, un poco más baja de revoluciones, muestra que la banda puede mantener diferentes grados de intensidad sin perder nunca su potencia intrínseca, y que su genialidad les permite prefigurar, como quien no quiere la cosa, a los futuros Nirvana.
    Sieve-Fisted Find tal vez sea uno de los mejores ejemplos de la inteligencia con la que plantean sus temas y la garra con la que los ejecutan. De nuevo dominada por los elementos rítmicos, oscila entre el muy rápido y el más rápido aún.
    La sencilla Greed más que una canción es un grito de rabia, justo la preparación ideal para... 
    ... Two Beats Off, sin duda una de las cimas creativas del álbum, en la que se con claridad los nuevos caminos descubiertos y explorados por la banda, sobre todo en el uso de la voz y del bajo. Los RAGM se profetizan claramente.
    Styrofoam sorprende por sus influencias del folklore de Europa del Este, adelantándose 15 años a los System of a Down.
    Reprovisional es una pista menos desafiante que las otras. De alguna manera sirve de moraleja o recapitulación de todo el disco. Todo eso porque...
    ... Shut the Door es la menos convencional de todas... Un tema que recoge el espíritu simbólico y nihilista de los Doors más psicodélicos para indicar el camino a los futuros Slint. El grupo rompe con todas las reglas y adelanta el post-rock. 

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