lunes, 29 de octubre de 2012

Vacaciones en el Infierno (Adrian Grunberg, 2012)

Está claro que la mejor virtud de Mel Gibson no es la diplomacia. Ha puesto mucho de su parte para caerle mal a mucha gente, y se ha ganado fama de racista, machista, retrógrado y de fanático religioso. Me considero en las antípodas de lo que muchas veces este cineasta (porque lo es) ha manifestado, pero no puedo evitar sentir simpatía por alguien que va tan de cara y al que aparentemente le importa tan poco la buena fama o el quedar bien. En unos tiempos en los que lo políticamente correcto nos ahoga, y en los que fácilmente se tacha de nazi al que se sale del guión establecido, es refrescante encontrarte con alguien tan auténtico, aunque no se compartan sus opiniones. Desgraciadamente, la polémica ha perjudicado mucho a Gibson y también a su cine, que es injustamente devaluado. Sin embargo considero que el actor australiano es uno de los directores más interesantes y talentosos de los últimos años. Para demostrarlo están las estupendas El Hombre Sin Rostro, Braveheart y Apocalypto. Dejo de lado La Pasión, porque, a pesar de su indiscutible calidad cinematográfica, me parece un morboso ejercicio de pseudo-gore empeñado en hacer sufrir innecesaria y exageradamente al espectador,
       ¿Por qué hablar tanto de Gibson si no es el director de la película? Porque es coautor de la historia, porque la película es de su productora, Icon, y porque Adrian Grunberg fue ayudante suyo en proyectos anteriores. No en vano, la impronta de Gibson es obvia en casi todos los aspectos de la película, lo que no quita que Grunber tenga un estilo muy marcado y personal, diferente al de su "maestro".
       Icon se está convirtiendo en sinónimo de calidad. Como todas las películas de esta productora, Como Pasé Mis últimas Vacaciones de Verano (ya que éste es su verdadero título) es una película directa, contundente, violenta, visulamente muy poderosa y alejada de lo socialmente aceptado. La película no se corta a la hora de retratar realidades tan duras como la corrupción, el crimen y el tráfico de órganos. No está exenta de una gran dosis de humor negro, que hace el cocktail más digerible; pero no por ello se convierte en una película fácil para el espectador. Sin regodearse en la sangre, por momentos es de una crudeza notable.
     Como Pasé Mis Últimas Vacaciones de Verano es un film diferente, original, fresco y muy entretenido. Sin dejar de ser una película de acción, denuncia con claridad cosas de las que preferiríamos no ser conscientes. No es una obra maestra, ni, en mi opinión, es tan buena como Drive (también de Icon) o Mátalos Suavemente, pero junto a estas dos, demuestra claramente que el cine negro o de acción estadounidense tiene mucho que decir todavía, cuando se aleja del efectismo, de la grandilocuencia y de la sobre-sofisticación tecnológica, y opta por una vía más física y directa y por historias más breves y sencillas.
    Muy, pero que muy recomendable. 

2 comentarios:

  1. Hola Chejofan! me alegro que sigas con este maravilloso blog. Estoy totalmente deacuerdo contigo, es una película muy recomendable y entretenida. Me ha gustado mucho la crítica que le has hecho, y espero que sigas haciendolas aunque sea de vez en cuando. Como he dicho muchisimas veces... eres mi escritor favorito. Un abrazo Chejofan!

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  2. Mira Mel Gibson con sus películas grasientas de héroe pasado de fecha pero aún así tensas, vibrantes y divertidas c omo Apocalypto o su reciente Vacaciones en Infierno. Sea pues, Mel, a pesar de tus 'fachasitudes', una copa elevada por ti....

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