martes, 2 de octubre de 2012

Stolen (Justin Chadwick, 2011)

La palabra telefilm se suele utilizar en un sentido despectivo. Y normalmente no falta razón. Suelen ser producciones mediocres, con guiones manidos y actores de segunda, que normalmente amenizan las tardes de los fines de semana. Sin embargo, viniendo de la BBC, probablamente el canal de televisión que es referencia mundial, tal vez deberíamos replantearnos la equiparación de telefilm con producción de mala calidad.
       Y esto es lo que ocurre con Stolen, el primer telefilm que comentamos en este blog. Producción de 2011, esta cinta goza de un guión y una dirección que sería la envidia de muchas de las películas para la gran pantalla.
       La gran baza de Stolen es su maravilloso guión, que trata con una sensibilidad, sobriedad y dignidad extraordinarias (un equilibrio muy difícil de conseguir) un tema tan delicado y escabroso como el del tráfico de niños.
De manera que este telefilm se convierte en un producto de referencia y de casi obligado visionado. Sabíamos de la altísima calidad de los documentales de la BBC. Con Stolen han conseguido un producto que remueve con la misma eficacia las conciencias, y que además posee toda las ventajas del arte dramático. Stolen da que pensar y conmueve al mismo tiempo.
       En esta cinta los niños son los grandes protagonistas. Retratados con una fuerza y una dignidad muy poco comunes, parecen los verdaderos seres humanos, mientras que el mundo de los adultos parece ser el reino de la codicia, el deprecio por la vida y, lo que resulta más aterrador, la indiferencia generalizada.
          Otro de los grandes aciertos de la película es su protagonista, el policía especializado en tráfico infantil interpretado por Damian Lewis. Al contrario que la mayoría de sus colegas en la ficción, no es un saco de testosterona dispuesto a arreglárselas a base de tiros o puñetazos con el primero que se le interponga. El personaje de Lewis es policía antes con el corazón que con el arma, y, en una película en la que los adultos no salimos muy bien parados, es uno de los pocos personajes que nos dignifica.
         Stolen no es ninguna maravilla del séptimo arte, ni nunca lo ha pretendido. Y con esta falta de pretensiones ha logrado convertirse en una película digna, inteligente, casi necesaria de ver. Uno de los cantos más hermosos a la infancia que he tenido la oportunidad de ver, además de una fortísima denuncia de una sociedad (y ahí pocos se libran) tan despiada que destruye lo más valioso que tiene y lo que más debería proteger.
         Merece la pena verla

1 comentario:

  1. Creo que con esta crítica me es suficiente para saber que es una película con la que no vas a malgastar el tiempo. Me ha encantado tu crítica Chejofan. Me encanta que seas un crítico positivo y recomiendes buenas películas. Algo que a los que somos más despistados, nos viene muy bien a la hora de elegir que ver en el cine o en casa. No dejes este blog, que como muchas veces he dicho es mi favorito. Un abrazo Chejofan.

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